El Arte de la Restauración: Limpieza de Cuadros

Al hablar de “limpieza de cuadros o pinturas”, nos referimos comúnmente a la eliminación de suciedad superficial y/o a la eliminación de una capa de barniz.

La suciedad superficial en un cuadro (polvo, nicotina, excrementos de insectos, grasa, hollín, moho…) debe ser tratada generalmente con razonable rapidez. Y mucho más urgente será cuando la obra carezca de película protectora (barniz) y se encuentre directamente sobre la pintura.

Los problemas más comunes con los barnices son: la coloración amarillenta que suelen tomar muchos de ellos con el paso del tiempo (oxidación del barniz) o un ligero tono grisáceo impidiendo ver con claridad los colores originales de la obra, la desaparición del barniz por diferentes causas, los craquelados, ampollas, pasmados…

La vulnerabilidad de la pintura y/o el barniz también determinará el método de trabajo y si una mancha o barniz se puede o no llegar a eliminar. Hay que tener en cuenta factores como la solubilidad de la pintura, la sensibilidad a ciertas sustancias, texturas…

La limpieza de cuadros, a pesar de los muchos recursos disponibles, es para nosotros, una de las operaciones más arriesgadas en la profesión del restaurador. Requiere un método de trabajo muy preciso que no puede llevarse a cabo sin antes haber tenido una investigación exhaustiva. Es necesario estar muy alerta durante el tratamiento, detenerse ante la menor duda y cambiar el método de trabajo.

Hay que recordar que a veces la capa de barniz es el “toque final” del artista, y que incluso sobre éste se aplicaran los últimos detalles con pinceladas finas de barniz y pintura.

Limpieza de nicotina Limpieza de hollín

Limpieza de barniz

(Colaboración del mes de Febrero de 2015 para la revista Guía-T de Burgos)